Los adolecentes somos seres incomprendidos, que nos las pasamos en la búsqueda de nuestra identidad; que tratamos de vivir la vida al máximo sin importar lo que pueda suceder en un futuro; sin importar las opiniones de los demás, tratamos de hacer lo que queremos; sentimos que el mundo nos pertenece y como dicen todos los adultos somos, el futuro del país. La vida de los adolescentes nunca es color de rosa porque a medida que vamos creciendo tenemos más responsabilidades, vamos descubriendo nuevas cosas, nos empieza a importar lo que pueda suceder en un mañana. Algunos padres dan más libertad y con esta libertad vienen las decisiones, con las decisiones vienen las equivocaciones, con las equivocaciones vienen las consecuencias y con éstas el aprendizaje. La niñez fue la etapa más fácil de nuestras vidas. Conocíamos a las personas y a los cinco minutos ya eran nuestros mejores amigos. Las únicas preocupaciones que teníamos, era descubrir si el Ratón Pérez y el Niño Jesús en realidad existían. Que con un simple papel nos podíamos divertir por horas y que no nos importaba lo que dijera la sociedad de nosotros. Luego de la niñez viene la adolescencia y con ésta se supone que debería venir la madurez, pero esta se puede presentar a cualquier edad pues existen personas de cincuenta años que todavía no han madurado, como existen personas de quince años que ya lo hicieron. Con esta famosa madurez vienen ventajas y desventajas, existen algunas ventajas como son que al alcanzar la madurez podemos tomar buenas decisiones y gracias a estas decisiones podemos tener mayor felicidad y alcanzar éxitos más rápidamente; también existen las desventajas como es, que mientras más madurez, mayores son las preocupaciones de las cosas que te suceden a ti y a tu alrededor, si te estresas tanto y vives tu vida pensando en los problemas y los temores, es más difícil alcanzar la felicidad y el éxito.